La mayoría de los artículos revisados apuntan a la misma conclusión: los proveedores de salud no deben prescribir nutrición parenteral a pacientes con cáncer avanzado e incurable. Un meta-análisis resumió que la nutrición parenteral condujo a una supervivencia inferior, existía una menor tasa de respuesta tumoral y aumento de las infecciones.
La tasa de infección aumentada persistió incluso después de la sepsis relacionada cuando el catéter se retiró, por lo que se plantea la posibilidad de que la nutrición parenteral conduce a circunstancias que conducen al crecimiento de bacterias y otros organismos, siendo perjudiciales en la vida de estos pacientes que presentan un sistema de defensa disminuido. Esta observación refuerza las recomendaciones de las guías recientes que sugieren que la nutrición parenteral puede no estar en las primeras opciones de manejo nutricio en los pacientes con cáncer avanzado e incurable.
Muchos investigadores han adoptado la postura de que sin datos definitivos actualizados, puede haber una posibilidad de que la nutrición parenteral proporciona beneficios a los pacientes con cáncer avanzado que reciben quimioterapia y que la cuestión requiere más estudio.
Ensayos publicados por asociaciones europeas sugieren que la nutrición parenteral rara vez se prescribirá a los pacientes con cáncer avanzado durante la quimioterapia.
Cada vez se ha investigado el mecanismo de hambre y saciedad en este grupo de pacientes, para llegar a conclusiones más exactas de los cuidados paliativos del paciente, más sin embargo los resultados arrojan que más del 80% de los pacientes con cáncer avanzado e incurable presentan anorexia o pérdida de apetito durante el curso de la enfermedad.
La etiología de esta anorexia sigue siendo poco clara, pero las citoquinas inflamatorias, como la interleuquina-1 beta, el factor de necrosis tumoral alfa, y la interleucina-6 han sido implicados9. Tales observaciones subrayan el hecho de que la falta de hambre en sí es parte del proceso general de la enfermedad del cáncer. Prescribir nutrición parenteral como una intervención paliativa tiene poco sentido si los pacientes con cáncer avanzado no tienen hambre y no anhelan la suplementación calórica. Parece difícil afirmar que la nutrición parenteral paliativa está dirigida a cualquier síntoma perceptible.
La nutrición parenteral a veces parece ayudar a mantener la vida en pacientes con cáncer avanzado. Sin embargo, las guías recientes, junto con múltiples ensayos aleatorios, ilustran que la nutrición parenteral es la excepción más que la regla en el manejo de pacientes con anorexia asociada al cáncer y pérdida de peso. Esta tendencia a que los pacientes y los miembros de la familia pregunten sobre las intervenciones nutricionales, como la nutrición parenteral, deben considerarse más como una señal para que los proveedores de atención médica trabajen más para ayudar a los pacientes a tratar los problemas de fin de vida en lugar de un mandato para prescribir nutrición parenteral.
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