La esclerosis lateral amiotrofica es una grave enfermedad neurodegenerativa progresiva que no tiene descanso, se caracteriza por la degeneración motora superior que ataca a las neuronas e inferior lo que conduce a una parálisis muscular progresiva.

La forma tradicional en como inicia la enfermedad se caracteriza principalmente por la debilidad muscular focal y por el desgaste de los miembros, en cuanto a la función bulbar se presenta con disartria, disfagia y disnea, dentro de otras pruebas clínicas incluyen deterioro cognitivo estreñimiento, ansiedad, depresión, fatiga e insomnio.

La disfagia es común en pacientes con esclerosis lateral amiotrófica y puede desencadenar desnutrición. Se recomienda la gastrostomía endoscópica cuando la alimentación oral no es segura.

Durante el desarrollo de la enfermedad, es común que se presente una disminución del estado de nutrición. La pérdida de peso que presenta los pacientes se puede explicar por varios factores, en los que se destacan una reducción de la ingesta de alimentos asociada con la disminución para manipulación y masticación de los alimentos, alteración de la secreción salival, dificultad para deglutir, estreñimiento y miedo a la aspiración pulmonar.

Por otro lado, la mayoría de estos pacientes presentan un estado de hipermetabolismo que incrementa el gasto energético en reposo, así como también de sus requerimientos calóricos. La desnutrición es un proceso independiente, negativo, indicador de pronóstico para la supervivencia, ya que puede exacerbar catabolismo, atrofia de los músculos respiratorios y debilidad de la inmunidad, lo que puede llegar a contribuir a un mayor riesgo de infección.

Las intervenciones para mantener una ingesta nutricional adecuada incluyen la alteración de la consistencia de los alimentos, incremento del número de comidas diarias y el uso de dispositivos de asistencia alimentaria y suplementos de alto contenido calórico. Sin embargo, a medida que la disfagia avanza gradualmente, la alimentación es a menudo necesaria en el manejo nutricional de estos pacientes.

Se utiliza gastrostomía endoscópica percutánea para mejorar la nutrición en pacientes con la enfermedad que desarrollan disfagia severa, de esta manera el alimento y el líquido se omite su ingesta regular por la boca y pasa directamente a través del tubo de la nutrición enteral, evitando así la desnutrición y la deshidratación en el paciente. La alimentación por medio de gastrostomía también evita los episodios de aspiración de alimentos, lo que puede llegar a contribuir una disminución de la función respiratoria y la muerte, aunque la microaspiración de la secreción orofaríngea sigue siendo posible en pacientes alimentados con este tipo de nutrición.

Dado a lo anterior está altamente recomendado el uso de gastrostomía endoscópica percutánea para mejorar el estado nutricio del paciente, asegurando una nutrición completa, adecuada e inocua y de esta manera mejorar la calidad de vida del enfermo, evitando la sofocación por alimentos y la baja a la respuesta inmune, lo que provoca infección, produciendo la muerte.

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