Las pautas para el apoyo nutricional de los recién nacidos de muy bajo peso al nacer (menor de 1.5 kilos) y muy prematuros (<32 semanas completas de gestación) enfatizan la nutrición parenteral como la principal fuente de nutrición durante las primeras semanas de vida, sin embargo, algunos bebés son capaces de avanzar a la nutrición enteral rápidamente, en particular los lactantes alimentados con leche materna.
Es importante identificar la nutrición óptima del recién nacido prematuro con bajo peso al nacer, ya que la nutrición inadecuada conduce a un crecimiento extrauterino deficiente, que a su vez se ha relacionado con pobres resultados neurocognitivos posteriores
El suministro de nutrición parenteral tiene riesgos, como la infección, trombosis y otras complicaciones asociadas con el acceso venoso central y la colestasis, además de que su costo es más elevado que la alimentación enteral.
En estudios recientes se ha observado que entre los recién nacidos prematuros de muy bajo peso al nacer (24-32 semanas de gestación) que alcanzaron la alimentación enteral completa en el plazo de 2 semanas desde el nacimiento, los lactantes con nutrición parenteral demostraron mayor ganancia de peso y crecimiento de cabeza y una menor prevalencia en la unidad de cuidados intensivos por peso, en comparación con los que no recibieron nutrición parenteral. Hasta donde sabemos, este estudio es el primero en demostrar que la nutrición parenteral promueve el aumento de peso, incluso en recién nacidos prematuros que son capaces de avanzar la nutrición enteral a un ritmo bastante rápido.
Una investigación reciente encargada en proporcionar nutrición parenteral anterior, como los aminoácidos intravenosos, ha demostrado un impacto beneficioso sobre el crecimiento de los niños con bajo peso al nacer.
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